Neko

29 de Marzo, 2006, 1:07: debolsilloSobre los hombres.

             Bueno, continuaré con el tema. Luego llega ese momento en la vida de las mujeres en que tienes novio. En mi caso , ese es el momento de mi vida en que no me preocupaba nada el teléfono: sabía que me llamaría, me llamaba todos los días. Y eso que nos veíamos todos los días. Nunca he sido partidaria de las relaciones a distancia, en mi país dicen "amor de lejos, amor de pendejos", y creo que es una verdad como un templo. Bueno y después de ese novio otro y luego otro, hasta que llegó uno que estuvo más tiempo y que cuando se fue me dejó más hecha polvo.

              Después de ese todo han sido relaciones más intrascendentes, más jiji-jaja, por lo que afecta al teléfono parecía una vuelta a la adolescencia. Otra vez la maldita Ley de Murphy: siempre me llamaba el que yo no quería que me llamara. Tras unas cuantas experiencias de pesados que no paran de llamarte, decidí tomar las riendas de mi vida y el control de mi móvil: una de mis resoluciones de mi 35 cumpleaños fue: ahora seré yo la que diga,

-Dame tu número. Ya te llamaré.

              En general, los hombres se quejan de que nunca llamamos nosotras, de que siempre tienen que tomar la iniciativa, incluso hay un anuncio de TV en que una chica que llama a un hombre es públicamente ovacionada...Pues he comprobado que no les gusta que los liberen de esa responsabilidad, alguno se ha negado a darme su teléfono cuando antes me estaba pidiendo el mío.

             A ver si consigo explicarme, yo salgo a bailar y en toda la noche sólo bebo un par de cervezas, pero a veces, la noche te hace sentir más atrevida y le das el número a un tipo que al día siguiente no quieres volver a ver ni en pintura, por eso quiero llamar yo. Claro, ellos quieren tener el poder por la mismita razón, pues que se fastidien: el que quiera algo conmigo me tiene que ver por lo menos dos veces, para quedar la segunda vez tiene que darme su número de teléfono, son las normas de la casa. Si no quiere quedar, que no se preocupe, con una vez que me digan que no me basta, no lo voy a estar llamando durante un mes. Al fin y al cabo el otro día leí en un Blog que en el sexo querer es poder, cuando las mujeres queremos, los hombres pueden.

28 de Marzo, 2006, 10:33: debolsilloSobre los hombres.

"Ella dice:

-Fox...

Él rie:

-I...I even make my parents call me Mulder.-Niega con la cabeza.- Mulder.

-Mulder, I wouldn't put myself on the line for anybody but you."

(Primera temporada X files "Tooms")

Más que amor creo que es que estoy intoxicada (ver 8 episodios de Expediente X en cuatro días no puede ser bueno) ¡Jesús, qué malita está mi cabeza! 

16 de Marzo, 2006, 9:32: debolsilloSobre los hombres.

              Hay una curiosa relación entre los varones, el teléfono y la Ley de Murphy. Por lo que se refiere a este tema la ley se aplica así: cualquier hombre que quieras que te llame no lo hará y cualquier hombre que no quieras volver a ver te asaeteará a llamadas durante unos quince días (por lo menos). Este tema da para mucho, aquí trataré de cuando son ellos los que llaman. Ya hablaré de cuando llamamos nosotras.

             Pero vamos a empezar por el principio, cuando yo empecé con estos temas vivía en México. Allí en aquel entonces, no sé si ahora la cosa siga así, las chicas acostumbraban a dar teléfonos falsos ante la insistencia con las que se requería su número de teléfono. Yo no lo hice nunca, aunque a algún pesado le dije que yo no estaba. Y la ley de Murphy funcionaba, era común dar el teléfono al conocer a un grupo de chicos (se movían por manadas, igual que nosotras), pero querer que de ellos llamara uno concretamente y siempre llamaba el que te había caído gordo. Luego al comenzar unas citas algo más serias la cosa se complicaba ya que el individuo juraba que te llamaría. Así empezaba la época de la espera junto al teléfono. Ese periodo en el que eres capaz de morder si alguien de tu familia se pone a hablar por teléfono "deja eso, estoy esperando una llamada". Y claro, el tipo no llama. Entonces empieza la paranoia, el monólogo interior cuyas variantes no son excluyentes, pueden ser sucesivas o intercalarse argumentos de una y otra

Variante 1: "no me llama porque soy fea, tonta, gorda, etc".

Variante 2: "no me llama porque soy demasiado guapa, inteligente, simpática, etc".

Variante 3: "este (grosería) no me llama porque simplemente no le intereso".

Variante 4: "puede que haya tenido un imprevisto laboral o personal  y no haya podido llamar".

            Incluso se llega a pensar que el teléfono no funciona ¿habrá línea?

             El resumen  es: no llaman o porque ya les diste "lo que querían" (como decía mi tía-abuela), porque conocieron a otra y la están llamando a ella, ya que aunque tuvieran un imprevisto o una emergencia y dado que no vives en el desierto del Gobi podrían llamar si quisieran aunque fuera para decir "no puedo quedar".  No suele tener nada que ver contigo , ni con tu apariencia. Y el teléfono funciona.

             Visto lo visto, un día me dio por pensar y decidí ponerme cual Scarlett O'Hara. En fin antes de los 20 años juré que nunca más me quedaría al lado del teléfono esperando que me llamara un hombre. Unos diez años después los móviles se pusieron al alcance de los bolsillos  "normales" y me fastidiaron porque no sé qué tiene este aparato que no puedo salir ni a la esquina sin llevarlo conmigo y claro, lo vas mirando impaciente ¿tiene cobertura?¿tiene batería?. Continuará...

6 de Marzo, 2006, 11:15: debolsilloSobre los hombres.

           En muchas ocasiones las relaciones hombre-mujer se rigen por el tópico, yo creo que incluso los que intentan salirse de lo establecido caen en nuevos lugares comunes o en ese lugar común de ser "diferente e interesante". Y no hay circunstancia más típica y tópica que el momento del compromiso, pues se supone que el tipo debe pedirte que te cases con él. Hay una escenografía clásica, que no falla: "Cena en el Restaurant", no se trata de que sea demasiado elegante, debe ser bueno y acorde con el nivel de la pareja en cuestión. Ya que si fuera demasiado "high" ambos se pasarían toda la cena preocupados por los cubiertos que deben usar y la manera de comer lo que han pedido, que incluso aunque creyeran saber lo que era, al llegar el plato se dan cuenta de que no, no tenían ni idea y no saben cómo hincarle el tenedor. Entonces el chico debe sacar una cajita negra de no se sabe donde y dentro debe haber un anillo y ya está.

            Creo que me han pedido matrimonio tres veces, pero la que cuenta y la que estoy contando fue así: estábamos el individuo y yo en un parque, pues yo estaba trabajando cuidando a un niño de dos años, por lo tanto y como persona responsable que soy, estaba vigilando al niño, mientras me hablaba mi novio, vamos, que él no estaba gozando de mi total atención. En ese momento, al parecer él hizo una pregunta trascendental para él, pero que yo pensé que era irrelevante por la forma en la que la hizo. Sino recuerdo mal era algo cómo así:

-Quiero preguntarte algo, ¿No crees que si todo sigue así... y no ahora claro, sino más adelante... podría ser que pensaras en la posibilidad... de que algún día nos casáramos... o viviéramos juntos...cuando se pueda?

            Pareció contento cuando le dije que sí y me apretó la mano, pero cuando estábamos con el niño se la vivía apretándome la mano, ya que no nos besábamos delante de él, y en cualquier otra circunstancia éramos de esas parejas tan pegajosas que resultan incómodas para los demás.

           Yo interpreté esa pregunta, en la que los puntos suspensivos deben ser sustituidos por largas pausas, como una de esas preguntas que yo llamo "afirmativas de la relación" en las que te preguntan algo para saber si la relación va bien y no le dí más importancia. Al irnos del parque veo que busca una piedrita del suelo y se la guarda en el bolsillo, yo pensé que era muy raro, pero no le dí más importancia. Total me deja en el portal de la casa del niño y me dice :

-Estoy muy contento de que ya sea formal.

-¿Qué sea formal qué?

-Nuestro compromiso.

-¿Qué?¿Cuándo?¿Cómo?- yo pensando: no restaurant, no pregunta "¿quieres casarte conmigo?", no anillo, no luna, no beso....¿casarse?.

-Ahora, en el parque, te lo he preguntado ¿es que no quieres casarte conmigo?

-Sí que quiero, creo, pero la pregunta era confusa, no te entendí, ¿y el anillo?

-Ahora no te puedo comprar el anillo que quiero comprarte, te lo daré más adelante.

            Y el final de la historia, que no fue feliz, fue que rompimos antes de que yo tuviera el anillo de marras.

            Aún con el mismo final, hubiera preferido el clasicismo, me hubiera dejado un recuerdo más memorable y menos chusco aunque la verdad es que éste aún me hace reir.

20 de Febrero, 2006, 20:28: debolsilloSobre los hombres.

            Mi amiga X, también conocida como la tercera en discordia y como...tranquila, que no te he puesto ningún apodo, y yo tenemos una clasificación sobre los hombres. Sé que se supone que esta es un actitud masculina, pero es hora de desmitificar y de decir que sí, nosotras también lo hacemos.

Advertencia 1, esta es una clasificación que se basa sólo en el físico. así que lo de que "es feo, pero simpático", aqui no rige.

Advertencia 2 El puesto que ocupe cada uno en la clasificación debe ser secreto porque puede herir sensibilidades.

Advertencia 3 sólo hay un rasgo no físico que sí computa, el atractivo, normalmente se define como "tiene algo".

Las tres categorías principales no tienen pérdida, pero el interés está en las subcategorías:

1. Guapo. En general los guapos, son guapos y no necesitan más explicación, ej. George Clooney.

Pero hay una excepción que es la categoría "guapito que no me dice nada" en la que entran esos "guapitos oficiales" tipo Beckham; y para mí, aunque no para X Brad Pitt, y en general esos tipos aniñados que no sabes si besarlos o darles un chupete.

2. Normal. Esta es la categoría más abundante y por lo tanto la que ofrece más variantes.

  • "Normal con boca" estas categorías reflejan cual es el rasgo que más destaca en un chico normal, ya sabes, ese chico normal pero que tiene una boca como para poner ahí tu piso.
  • "Normal con ojos" nosotras no somos muy partidarias de los ojos claros, sobretodo de los ojos azules que tienen mucha fama, pero en ocasiones, resultan excesivamente fríos. Los ojos verdes pueden tener su punto; pero para nosotras, donde se ponga un morenazo de ojos de color chocolate con una mirada...
  • "Normal con culo" no precisa explicación ¿verdad?
  • "Normal con chocolatina abdominal" Se ha puesto de moda llamar chocolatinas a los musculitos del abdomen, la verdad es que si están en su punto, están bien. Pero esos culturistas que necesitan un sujetador más grande que el mío, no me interesan.
  • "Normal con pelo" ¡Ojo! me refiero al pelo de la cabeza, o sea a esos de leonina melena. Aunque no tengo nada en contra del vello corporal normal. Esos tíos depilados me dan tanta grima como los que tienen vello en los hombros y la espalda ¡Uggg!
  • "Normal calvo" Está claro.

3. Feo. Los feos no tienen subcategorías ni paliativos, son feos y punto.

            Hay una especie de subcategoría extra, que no está relacionada con la belleza sino con el colorido. Ni a ella, ni a mí nos gustan los rubios, ni los hombres de piel excesivamente blanca, así que he mos creado la categoría de "crudo", que para nosotras es completamente definitoria. El ejemplo perfecto es el actor que interpreta a Horatio Caine en CSI Miami.

Aclaración: esta clasificación no está relacionada con ningún hombre que esté o haya estado relacionado con nosotras, todos ellos son y han sido INCLASIFICABLES.


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